PIERRE & GILLES

Un cielo lleno de estrellas

Sus pinturas de fotografías son como música de violín sollozante: la filarmónica de París muestra Pierre & Gilles y Mademoiselle Lili tiene el corazón en un puño.  


En este lugar se guardan muchos secretos. Uno de los motivos por los que yo me enamoré tanto de París fueron estos 2 artistas. En aquellos años, cuando aún estudiaba, me cruzaba constantemente con ellos. Visitábamos los mismos clubs, nos gustaba la misma gente algo estrambótica y nos encantaban las mismas postales religiosas con efectos 3D, tipo Jesucristo o vírgenes con corazones luminosos y parpadeantes o con lágrimas que salían de los ojos. Mi colección era bastante considerable, pero el Loft de Pierre & Gilles era el templo del kitsch, es decir, de lo cursi. Por eso me encantaba tanto su arte; me gustaba todo de ellos en general. En aquellos años eran todo un fenómeno underground de los gays y para nada así de famosos como lo son ahora. Hoy en día, sus obras de arte se pueden ver en los museos más importantes del mundo; desde Nueva York hasta Tokio. Mi primer artículo como crítica de artes fue sobre ellos y además, estuve ahí, en el sótano de su estudio en Le Pré-Saint Gervais, cuando escenificaron a Nina Hagen con su novio y bebé como Familia Santa.     

Pero que la filarmónica de París, ese edificio plateado espectacular, dedique toda una exposición única y exclusivamente a ellos es más que memorable. Los retratos musicales siempre han formado parte de las obras de estos chicos, que comenzaron en 1976 sus andaduras revolucionarias. Sus fotografías siempre iban cargadas de kitsch, sentimentalismo y cursilería. Ellos crearon un universo, donde todos se convertían en Santos; tanto los más golfos anónimos de los clubs, como las estrellas más famosas de época.   


Le exposición tiene lugar en una sala donde se encuentra la acústica con lo visual. Es un panteón que representa los últimos 40 años. Múltiples artistas disfrutan de su espacio luciendo una fotografía llena de color y belleza casi extraterrestre. El pincel de Gilles embellece cada imagen con su toque personal; mejor que cualquier filtro que nos ofrecen hoy en día los móviles; desde Etienne Daho hasta Stromae, desde Sheila hasta Eddy de Pretto, desde Sylvie Vartan hasta Nina Hagen, incluso Claude François, Marilyn Manson, Boy George, Madonna, Lio y Michael Jackson – todos los dioses están allí omnipresentes. 


Curiosamente, 2 de mis iconos musicales favoritos, nunca han sido retratados: Prince – quien llevo literalmente tatuado en mi piel – y David Bowie – cuya música me llevó hasta Berlín. ¿Por qué no están ahí? Tengo mucha curiosidad; se lo preguntaré a Pierre & Gilles.  

Pierre et Gilles – La Fabrique des Idoles, hasta el 23 de febrero del 2020 en la Filarmónica de París