El festival Afro-Punk de París es un evento lleno de creatividad, multiculturalidad y versatilidad. Mademoiselle Lili está deseando que llegue el momento; lo describe como una explosión acústica y visual.
En mi última columna hablé sobre el cabello y las religiones. Curiosamente, ni mencioné una de las culturas más importantes con rituales capilares: la africana. Cuando vine, hace muchos años, como estudiante a Francia, me alojaba en una residencia donde la mayoría de mis compañeros eran de origen africano. Al principio no salía de mi asombro cuando veía las horas que dedicaban a sus peinados. Pasábamos todo un fin de semana charlando y cocinando mientras se hacían unos a los otros sus peinados trenzados. Pero he de reconocer, que con cada trenza que se hacía, se unía un lazo de amistad. Una amistad para toda la vida.
Pero con sólo pasear un sábado por la mañana por los alrededores de las paradas de metro Strasbourg-St. Denis y Château d’Eau entenderéis lo que os quiero decir. Allí encontraréis un salón Afro al lado de otro y todos ellos llenos de gente que desean hacerse trenzas multicolor, rapados temáticos, alisados extremos o coloraciones con estampados de leopardo, por ejemplo. Os aseguro que allí no existen límites de creatividad. La tendencia más actual para este verano es el Look Afro a lo Jimi Hendrix: encrespado natural con forma redondeada. Cuanto más grande, mejor. En los años 60 y 70 este Look era el símbolo del movimiento Black-Power americano. Hoy vive su renacimiento en las calles de París. Los salones ya tienen todas las fechas cogidas para el festival Afro-Punk que tiene lugar justo el fin de semana de la famosa festividad nacional del 14 de julio.